El mundo del cine está de luto. David Lynch, el aclamado director, guionista y artista multifacético, falleció a los 78 años. La triste noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado en su página oficial de Facebook. «Con profundo pesar, nosotros, su familia, anunciamos el fallecimiento del hombre y el artista, David Lynch», reza el comunicado. La familia pidió privacidad en este difícil momento y recordó una de las frases características del director: «Mantén tu ojo en la rosquilla y no en el agujero». El mensaje finaliza con una poética descripción: «Es un día hermoso con sol dorado y cielos azules todo el camino».
Lynch, cuya obra se caracterizó por su surrealismo, su atmósfera onírica y su exploración de la oscuridad de la condición humana, dejó una huella imborrable en la historia del cine. Desde sus inicios a finales de la década de 1960, su talento visionario lo llevó a crear películas icónicas que desafiaron las convenciones narrativas y estéticas.
Su reconocimiento llegó en 1977 con Eraserhead, una película de terror surrealista que se convirtió en una obra de culto. En la década de 1980, Lynch consolidó su fama con películas como El hombre elefante, una conmovedora historia basada en hechos reales, y Dune, una ambiciosa adaptación de la novela de ciencia ficción. Posteriormente, con Terciopelo azul, un thriller neo-noir protagonizado por Isabella Rossellini y Kyle MacLachlan, Lynch confirmó su maestría en la creación de atmósferas perturbadoras y personajes complejos.
En la década de 1990, Lynch incursionó en la televisión con Twin Peaks, una serie que revolucionó el género y se convirtió en un fenómeno de culto. La serie, que combinaba elementos de drama, misterio y surrealismo, generó una película precuela y una nueva temporada en 2017, demostrando la permanencia de su influencia en la cultura popular.
En 2002, Lynch recibió su tercera nominación al Oscar como director por Mulholland Drive, una obra maestra del cine neo-noir que explora los laberintos de la mente y la fragilidad de la identidad. En 2019, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas le otorgó un Oscar honorífico en reconocimiento a su trayectoria cinematográfica.
El año pasado, Lynch reveló que padecía enfisema, una enfermedad pulmonar que le impedía trabajar con normalidad. A pesar de sus problemas de salud, Lynch continuó creando y experimentando con diferentes formas de expresión artística. Su legado como uno de los directores más influyentes e innovadores del cine contemporáneo permanecerá para siempre.