Asamblea Nacional aprueba designación de Conrado Pérez como nuevo rector del CNE y solicita investigación contra Juan Carlos Delpino
El 17 de octubre de 2024, la Asamblea Nacional (AN) electa en 2020 realizó una sesión ordinaria donde se tomó la decisión de designar a Conrado Pérez como el nuevo rector principal del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Esta acción se da tras la destitución de Juan Carlos Delpino, quien estuvo en el centro de una serie de controversias y acusaciones graves. La AN, además, solicitó al Ministerio Público (MP) abrir una investigación en contra de Delpino por delitos que incluyen traición a la patria, asociación para delinquir y corrupción.
La destitución de Juan Carlos Delpino no es un hecho aislado, sino que forma parte de un contexto más amplio en el que la oposición ha sido acusada de tratar de deslegitimar el proceso electoral en Venezuela. Jorge Rodríguez, presidente de la AN, afirmó durante la sesión que el plan de la oposición consistía en que Delpino se presentara en el canal Venevisión el 28 de julio para hablar sobre el proceso electoral y cantar “fraude”. Esta declaración resuena en un momento en que la credibilidad del CNE y el proceso electoral en general se encuentra bajo el escrutinio de la opinión pública.
Rodríguez explicó que a Delpino se le solicitó que utilizara su posición dentro del Poder Electoral para interferir en la emisión del primer boletín de resultados. Sin embargo, según el presidente de la AN, Delpino no cumplió con su deber y se mostró temeroso, lo que a su juicio resultó en una “situación que dio risa”, al referirse al paradero desconocido del exrector tras las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
Rodríguez no escatimó en detalles al afirmar que Delpino se había reunido en Colombia con Francisco Palmieri, el jefe de la misión de Estados Unidos para Venezuela. Esta reunión, según las declaraciones de Rodríguez, fue crucial ya que Delpino supuestamente recibió órdenes para declarar que el vencedor de las elecciones fue el candidato opositor Edmundo González Urrutia, quien se encuentra en el exilio en España. Rodríguez hizo alusión a una supuesta complicidad entre Delpino y actores externos que buscan desestabilizar el proceso electoral en Venezuela.
El hecho de que un funcionario público se reúna con un embajador de otro país para discutir asuntos electorales es una acción que Rodríguez calificó como de alta gravedad. “Es complicidad con hechos tan graves”, afirmó, añadiendo que Delpino debe asumir responsabilidad en una serie de actos que han llevado a la violencia en el país, incluyendo la muerte de al menos 27 venezolanos.
Investigación solicitada por la Asamblea Nacional
Además de las acusaciones de complicidad, la AN ha solicitado que se investigue la fortuna personal de Delpino. Se ha pedido al MP que investigue cómo adquirió vehículos de alta gama, lujosas propiedades y un apartamento en la playa, lo que podría indicar la existencia de corrupción en su gestión. “¿Qué hace un funcionario público reuniéndose con el embajador de Estados Unidos en la capital de Colombia? ¿De qué hablaron?”, se cuestionó Rodríguez, enfatizando la necesidad de aclarar el origen de la riqueza de Delpino.
La AN también ha solicitado que se aplique la Ley de Extinción de Dominio, una normativa que permite la confiscación de bienes adquiridos de manera ilícita. Este enfoque refleja una tendencia creciente en el país hacia la rendición de cuentas y la transparencia en la gestión pública.
Designación de Conrado Pérez y Aura Rosa Hernández
En medio de este contexto tumultuoso, la AN no solo destituyó a Delpino, sino que también tomó medidas rápidas para asegurar la continuidad en el liderazgo del CNE. Conrado Pérez fue designado como el nuevo rector principal, y Aura Rosa Hernández fue nombrada como rectora suplente. Ambos fueron juramentados antes de que concluyera la sesión, marcando el inicio de una nueva etapa en la dirección del organismo electoral.
La elección de Pérez y Hernández es significativa, ya que la AN busca restablecer la confianza en el CNE tras un periodo marcado por la incertidumbre y la desconfianza. La designación de nuevos líderes en el organismo electoral podría ser vista como un intento de reorientar el rumbo del país hacia una mayor estabilidad política y social.
