Henrique Capriles critica la falta de acción de Brasil y Colombia sobre Venezuela
El dirigente político venezolano Henrique Capriles Radonski ha expresado su descontento con la aparente inacción de los presidentes de Brasil y Colombia, Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, respecto a la situación política en Venezuela. Durante una reciente aparición en el programa «Vladimir a la Carta», conducido por el periodista Vladimir Villegas, Capriles sostuvo que los mandatarios han «tirado la toalla» en su esfuerzo por exigir que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela presente las actas de los resultados de las elecciones, sugiriendo que su compromiso se ha quedado en meras palabras.
La afirmación de Capriles se enmarca en un contexto de creciente frustración y desencanto con el actual gobierno de Nicolás Maduro. La crisis en Venezuela ha empeorado en los últimos años, exacerbada por la corrupción y la falta de transparencia electoral. Capriles enfatizó que la situación en el país es «muchísimo más difícil» que antes del 28 de julio, fecha en la que se llevaron a cabo elecciones que fueron ampliamente criticadas por la oposición y observadores internacionales.
“Si mañana la empresa Chevron se va de Venezuela, caeremos en otro barranco”, advirtió Capriles, reflejando una preocupación palpable sobre el futuro económico del país, que ya atraviesa una severa crisis.
El dirigente opositor argumentó que el gobierno ha «robado» las elecciones, lo que ha contribuido al deterioro de la situación. Según Capriles, muchos de los detenidos tras las elecciones son personas de sectores populares, quienes se han visto involucrados en la organización de la población para votar. «El gobierno se metió con la gente más vulnerable, más humilde, por el solo hecho de haber organizado a la población», destacó, enfatizando la vulnerabilidad de aquellos que se atreven a desafiar al régimen.
Capriles instó a la oposición a no generar un nuevo mantra en torno a la fecha del 10 de enero, el día previsto para la juramentación presidencial. «Cada vez que damos una fecha, el balance no ha sido bueno», comentó, sugiriendo que la oposición debe ser cautelosa y realista en sus expectativas.
Sobre lo que podría suceder el 10 de enero, Capriles declaró que si Nicolás Maduro se juramenta ese día, será un presidente de facto, dado que la voluntad popular, según él, favoreció a Edmundo González, quien se encuentra exiliado en España. Capriles subrayó que sería un «grave error» que González se juramentara fuera de Venezuela, afirmando que «él tiene que juramentarse aquí, en Venezuela».
En otro orden de ideas, Capriles abordó el tema de la presunta trama de corrupción en la alcaldía de Maracaibo, presentada recientemente por Diosdado Cabello. Según Capriles, los videos difundidos tienen como objetivo humillar a los alcaldes Rafael Ramírez y Pedro Guanipa, y no buscan realmente demostrar una corrupción.
“Estos videos no buscan demostrar que hay una trama de corrupción. Dentro del gobierno hay una puja para ver quién es el más radical”, señaló Capriles, sugiriendo que el conflicto interno en el oficialismo está detrás de estas acusaciones.
La situación en Venezuela es crítica, y las declaraciones de Capriles reflejan un profundo sentido de urgencia. La falta de acción internacional, en su opinión, agrava el problema, y la debilidad de la oposición puede llevar a un escenario de mayor descontento social y crisis humanitaria.
Además, el exgobernador de Miranda destacó que las comunidades más afectadas son aquellas que ya viven en condiciones precarias. La desesperanza ha crecido entre la población, y muchos ciudadanos sienten que no hay alternativas viables para el cambio. Este panorama plantea un desafío no solo para los políticos de la oposición, sino también para la comunidad internacional que observa la situación con creciente preocupación.
Capriles también hizo un llamado a la comunidad internacional para que no ignore la crisis venezolana. La solidaridad de otros países, especialmente de naciones vecinas como Brasil y Colombia, es crucial para generar presión sobre el régimen de Maduro y buscar una salida democrática a la crisis.
En este sentido, la postura de Lula y Petro es de especial interés. Aunque ambos líderes han manifestado su apoyo a la democracia en Venezuela, la falta de acciones concretas ha llevado a Capriles a cuestionar su compromiso. “Es lamentable que no sigan insistiendo en que el CNE presente las actas”, dijo, reflejando un deseo de ver una mayor colaboración entre los países de la región para abordar la situación.
La clave para el futuro de Venezuela, según Capriles, radica en la restauración de la democracia. La legitimidad de las elecciones y el respeto por la voluntad popular son esenciales para cualquier proceso de reconciliación y reconstrucción del país. Sin embargo, alcanzar este objetivo requerirá un esfuerzo concertado de todas las partes involucradas, tanto a nivel nacional como internacional.