Ganar un Mundial de MotoGP es un logro impresionante para cualquier piloto de motociclismo. Es el sueño de millones de niños que se inician en las minimotos desde muy temprana edad. Pero hay una hazaña aún mayor: lograrlo con un equipo satélite. Históricamente, la mayoría de los competidores han aspirado a formar parte de un equipo oficial de fábrica, sabiendo que ahí es donde cada marca reúne a sus mejores ingenieros, cuenta con los mejores recursos y recibe las primeras mejoras. Por eso, lo más común es que el campeonato sea ganado por un piloto de uno de estos equipos.
Jorge Martín sabe esto muy bien. Cuando firmó con Ducati, incluyó una cláusula en su contrato que estipulaba que si no era ascendido al «primer equipo», recibiría un bono económico. Esto sucedió la temporada pasada. A pesar de la promesa de ascenso, los de Borgo Panigale eligieron a Enea Bastianini para acompañar a Pecco Bagnaia. Jorge Martín se quedó en el equipo Pramac con cierta desilusión.
Sin embargo, el piloto madrileño ha sabido convertir esa desilusión en motivación para superar a los pilotos del equipo oficial. De hecho, incluso lanza mensajes desafiando al campeón actual y a su equipo. «La responsabilidad de ganar recae en Pecco», dice para ponerle presión. Sea como sea, «Martinator» tiene una misión con un sabor histórico: convertirse en campeón con el equipo satélite Pramac Ducati. Nadie ha logrado esto desde que Valentino Rossi lo hizo en 2001 con el equipo Nastro Azzurro Honda, cuando el equipo oficial de HRC, el Repsol Honda, estaba formado por Alex Crivillé y Tohru Ukawa. Fue el último campeonato en la categoría de 500cc, ya que en 2002 llegó MotoGP y el «46» volvió a imponerse, pero esta vez con el equipo Repsol Honda después de la retirada de Crivillé. Antes de Rossi, hay que remontarse a principios de los años ochenta para encontrar triunfos con equipos privados: en 1982, Franco Uncini ganó con Suzuki Gallina, al igual que hizo el mismo equipo en 1981 con Marco Lucchinelli.
Algunos pilotos estuvieron cerca de lograr esta hazaña. Fue el caso de Sete Gibernau, subcampeón en 2003 y 2004 con Honda Gresini, al igual que Marco Melandri en 2005, también en el mismo equipo. Más recientemente, en 2020, Franco Morbidelli también quedó en segundo lugar en la clasificación general final con el equipo Petronas Yamaha, detrás de Joan Mir y su Suzuki oficial. En 2022, Enea Bastianini terminó tercero en la clasificación con el equipo Gresini Ducati, en el campeonato ganado por Pecco Bagnaia con Ducati oficial. Esto se debe a que gradualmente las marcas han proporcionado mejores materiales a sus equipos privados. Se han dado cuenta de que tener motos idénticas les proporciona más datos que ayudan a mejorar el rendimiento de sus motocicletas en comparación con sus rivales. Es un logro de la IRTA, la Asociación de Equipos que fue impulsada por Mike Trimby, quien falleció recientemente.
Ahora es el turno de Jorge Martín y el equipo Pramac de hacerlo realidad. Ellos creen que pueden lograrlo. «Estamos cerca, solo depende de nosotros. Tenemos las herramientas, tenemos al piloto. Depende del equipo no fallar», afirmó Gino Borsoi, el jefe de equipo, en una entrevista reciente. Por cierto, el equipo propiedad de Paolo Campinoti lidera la clasificación de equipos, con 478 puntos, 78 más que el equipo Mooney VR46. Martín y su compañero de equipo, Johann Zarco, están cerca de conseguir este título.
