Pedro Acosta, conocido como «El Tiburón de Mazarrón», se encuentra en su segunda temporada en Moto2 y posiblemente tenga otro apodo más específico: «Maestro del podio». El piloto murciano ha hecho de su regularidad su mejor arma para obtener resultados destacados. De las 14 carreras disputadas, Acosta ha conseguido subir al podio en 11 de ellas, lo que representa un impresionante 78,57% de éxito.
Sin embargo, ha habido tres ocasiones en las que no ha logrado subir al podio por diversas circunstancias. En la segunda carrera del año en Argentina, bajo condiciones de lluvia, Acosta tuvo dificultades en las primeras vueltas y perdió varias posiciones, terminando en el puesto 12. A lo largo de la temporada, demostró mejoras bajo la lluvia, aunque reconoció que es un aspecto en el que debe seguir trabajando.
En Francia, cometió su único gran error de la temporada. Mientras estaba en segunda posición, tratando de seguir a Arbolino, se cayó a falta de diez vueltas. Esta fue la única carrera en la que no sumó puntos y se convirtió en una preocupación mental durante meses.
La tercera ocasión fue en Barcelona, donde Acosta finalizó sexto. Durante la carrera, tuvo un incidente con Alonso López al final de la recta cuando ambos adelantaron a otro piloto, lo que afectó sus posiciones.
A pesar de estos contratiempos, Acosta ha demostrado que sabe conformarse cuando no puede ganar. En Japón, se contentó con un tercer puesto detrás de Chantra, y en Motegi decidió no asumir grandes riesgos para alcanzar al piloto delantero, Ogura. Por eso, el tercer puesto en suelo nipón fue especialmente significativo para él.
Su equipo, encabezado por Aki Ajo, está encantado con su madurez y su capacidad de leer las situaciones. Ajo destaca que Acosta ha comprendido que no es necesario luchar por la victoria en cada carrera. Actualmente, Acosta cuenta con una ventaja de 50 puntos sobre Arbolino, lo que le da cierta tranquilidad de cara a las dos carreras restantes. Su constancia y estrategia serán clave para mantener su posición en el campeonato.
